Estos meses que llevamos confinados en casa me ha permitido centrarme mucho en mis proyectos personales, en hacer fotos de los míos, aprender e idear, mejorando en mis fotografías con cada sesión que me propongo. Y eso ME ENCANTA, y me encanta tener tiempo para que los míos tengan estas fotos con magia, que a veces se pierden con la rutina y el estrés del día a día. Es precioso poder dedicarle tiempo a aquello que te encanta, y dedicarle todo el cariño del mundo para que el resultado sea un recuerdo único para toda la vida.
Os dejo unas fotografías que realicé ayer, una sesión totalmente improvisada en atrezzo, vestuario y todo... Y es que estas fotografías están realizadas en la parte trasera de un chalet. ¿Quién diría que en un lugar cualquiera puedan salir unas fotos con tanta magia? Y ahí mi frase de siempre: "lo importante no es la cámara, sino el ojo". Para mí saber ver la belleza en lugares donde nadie se fija es lo más importante para que el resultado de tu trabajo sea diferente. Espero que os gusten.
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