Después de más de un mes confinados, los más peques de la casa por fin podrán ver la luz, respirar aire fresco y sentir la brisa en sus caras. Estoy con muchísimas ganas de que llegue el momento de poder seguir trabajando con mis clientes, pero haciendo fotos al aire libre, en el campo, entre las flores y las hierbas... y respirar el aire tan puro que nos regala la naturaleza. Y es que esto del confinamiento me ha hecho valorar las sesiones en exterior, tan puras y con una luz que el estudio no es capaz de dar.
Aquí os muestro estas fotografías tan llenas de vida y de luz que estoy deseando seguir realizando cuando todo esto acabe. Espero que os gusten :)
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